El diario La Arena tuvo el mes pasado una idea -que encima hizo pública- que ni siquiera había salido de boca de ninguno de los dos "democráticos" Juan Carlos que propician la mano dura: Blumberg y Tierno.No hizo falta que ninguno de ellos elaborara la propuesta, porque el ocurrente periodista Leonardo Víctor Santesteban se dedicó de lleno a levantar como bandera lo que es una atrocidad: pidió que de alguna manera el Estado elabore listas de delincuentes comunes y las ponga a disposición de la ciudadanía.El título que le puso a su habitual "La Semana pampeana" es todo un adelanto: "Un veraz para delincuentes".
A contramano
LVS pide que en las hipotéticas listas figuren datos completos, domicilio actualizado y fotografías de los "delincuentes".En un país cuya historia está manchada por las "listas negras" que se armaron desde el poder político y con las que se condenó a millones de argentinos, la demagógica solicitud periodística es, también, una contradicción con la histórica línea editorial de "La Arena".Porque LVS, que es inteligente, no puede desconocer que esas hipotéticas listas que sugiere elaborar estarían integradas por los mismos de siempre. Y los mismos de siempre, aquellos a los que Eduardo Galeano llamó "Los Nadies", tendrían de ese modo menos chances de ser "alguien" -o "algo"- en una sociedad capitalista que cada día prepara más para la exclusión, la marginación y el olvido.Lo que el periodismo puede hacer, en todo caso, es oponerse a las listas que arma el poder y armar sus propias listas (también con datos completos, fotografías y domicilios actualizados): las de los delincuentes impunes; las de los señores de prontuarios impolutos que en realidad han pasado su vida saqueando a los que menos tienen; las de los que nunca son condenados; las de los funcionarios judiciales que no cumplen sus funciones y las de los bancos usureros que se apoyan en el "veraz".
Resocializar nunca
LVS se despacha con una revelación: dice que las cárceles no sirven para la "resocialización". Vaya novedad. Pero en vez de exigir al Estado, a los funcionarios que lo representan e incluso a la comunidad, que mejoren ese sistema de mierda -que es una de las máximas miserias humanas- opta por la variable más conservadora.Es decir: escrachar a los "delincuentes" (sabemos a quiénes considera delincuentes la sociedad capitalista) y que la comunidad los margine con la misma crueldad que la cárcel y que el poder.Su lógica es la siguiente: si no resocializan las cárceles, que no resocialice nadie. Listo.
LVS se despacha con una revelación: dice que las cárceles no sirven para la "resocialización". Vaya novedad. Pero en vez de exigir al Estado, a los funcionarios que lo representan e incluso a la comunidad, que mejoren ese sistema de mierda -que es una de las máximas miserias humanas- opta por la variable más conservadora.Es decir: escrachar a los "delincuentes" (sabemos a quiénes considera delincuentes la sociedad capitalista) y que la comunidad los margine con la misma crueldad que la cárcel y que el poder.Su lógica es la siguiente: si no resocializan las cárceles, que no resocialice nadie. Listo.
Reclusión perpetua
Entonces, hacemos una lista de tipos que ya fueron condenados por el sistema político, por el sistema social, por el sistema judicial, y después de salidos de la cárcel los volvemos a condenar. De por vida. Lo ponemos en esas listas que significan una reclusión perpetua: la falta de libertad, la falta de trabajo, la falta de educación, la falta de contención, la falta de todo.Porque además, si a cada "delincuente" afuera lo esperara una sociedad amplia, justa, equitativa, dispuesta a dar oportunidades y a comprender... Pero la sociedad con la que tienen que encontrarse es otra cosa: una mayoría cargada de prejuicios, de egoísmos y de falta de solidaridad.Y de paso, con el "veraz", se concreta esa fantasía del Gran Hermano. Porque empezamos con las listas de "delincuentes", ¿pero eso cuándo termina? A mediano plazo, todos quedamos bajo ultra vigilancia, figurando en alguna lista y algún "veraz".
Entonces, hacemos una lista de tipos que ya fueron condenados por el sistema político, por el sistema social, por el sistema judicial, y después de salidos de la cárcel los volvemos a condenar. De por vida. Lo ponemos en esas listas que significan una reclusión perpetua: la falta de libertad, la falta de trabajo, la falta de educación, la falta de contención, la falta de todo.Porque además, si a cada "delincuente" afuera lo esperara una sociedad amplia, justa, equitativa, dispuesta a dar oportunidades y a comprender... Pero la sociedad con la que tienen que encontrarse es otra cosa: una mayoría cargada de prejuicios, de egoísmos y de falta de solidaridad.Y de paso, con el "veraz", se concreta esa fantasía del Gran Hermano. Porque empezamos con las listas de "delincuentes", ¿pero eso cuándo termina? A mediano plazo, todos quedamos bajo ultra vigilancia, figurando en alguna lista y algún "veraz".
Manos lavadas
Con el "veraz" nos lavamos las manos, escondemos la cabeza bajo la alfombra y -con ese criterio- mandamos a los delincuentes a la isla Martín García o -ya que estamos- le damos las balas que prometió Ruckauf, o confundimos las postas de goma por los plomos, como le pasó tan accidentalmente al grupo GEO."La idea de que la reclusión reforma a los delincuentes y los transforma en personas útiles no sólo es falsa, sino además, imposible en las condiciones actuales de la sociedad capitalista que no tiene interés en los delincuentes como personas", dice LVS.Extraño es que lo que parece un reproche -"la sociedad capitalista no tiene interés en los delincuentes como personas"- es exactamente lo que inspira su propuesta. No hay idea más capitalista que armar un "veraz para delincuentes". Desde su propio nombre: el llamado "veraz" -que bien podría llamarse "falaz"- es un invento ultracapitalista.
Con el "veraz" nos lavamos las manos, escondemos la cabeza bajo la alfombra y -con ese criterio- mandamos a los delincuentes a la isla Martín García o -ya que estamos- le damos las balas que prometió Ruckauf, o confundimos las postas de goma por los plomos, como le pasó tan accidentalmente al grupo GEO."La idea de que la reclusión reforma a los delincuentes y los transforma en personas útiles no sólo es falsa, sino además, imposible en las condiciones actuales de la sociedad capitalista que no tiene interés en los delincuentes como personas", dice LVS.Extraño es que lo que parece un reproche -"la sociedad capitalista no tiene interés en los delincuentes como personas"- es exactamente lo que inspira su propuesta. No hay idea más capitalista que armar un "veraz para delincuentes". Desde su propio nombre: el llamado "veraz" -que bien podría llamarse "falaz"- es un invento ultracapitalista.
Sociedad y delincuentes
También dice LVS que cuando estas personas salen en libertad "nadie le garantiza a la sociedad que están reformadas". Es cierto: y nadie le garantiza a quien ha quedado libre que la reformada es la sociedad.Porque además, LVS cae allí en otro vicio de la derecha a la hora de analizar estas problemáticas. Sus cabezas dividen, por un lado, a la "sociedad". Por el otro a los "delincuentes". Parece obvio, pero a esta altura hay que aclararlo, e insistir: los "delincuentes" son parte de la sociedad.Elías Neuman, un criminólogo excepcional que tiene este país, escribió un libro al que le puso de nombre "Los homicidios de cada día". En él detalla -como se puede leer en la página siguiente- cuáles son los "delincuentes fracasados" (los que van a la cárcel) y los verdaderos y auténticos delincuentes, los que hacen pomada a sociedades enteras. La propuesta de LVS está destinada a castigar -una vez más y como tantas- a los primeros, para dejar sanos, salvos e impunes a los de guante blanco.Dice el propio Elías Neuman en ese libro: "Cada vez que conozco más sobre la conciencia moral de ciertas personas que se dicen respetables, amo más a los delincuentes".
También dice LVS que cuando estas personas salen en libertad "nadie le garantiza a la sociedad que están reformadas". Es cierto: y nadie le garantiza a quien ha quedado libre que la reformada es la sociedad.Porque además, LVS cae allí en otro vicio de la derecha a la hora de analizar estas problemáticas. Sus cabezas dividen, por un lado, a la "sociedad". Por el otro a los "delincuentes". Parece obvio, pero a esta altura hay que aclararlo, e insistir: los "delincuentes" son parte de la sociedad.Elías Neuman, un criminólogo excepcional que tiene este país, escribió un libro al que le puso de nombre "Los homicidios de cada día". En él detalla -como se puede leer en la página siguiente- cuáles son los "delincuentes fracasados" (los que van a la cárcel) y los verdaderos y auténticos delincuentes, los que hacen pomada a sociedades enteras. La propuesta de LVS está destinada a castigar -una vez más y como tantas- a los primeros, para dejar sanos, salvos e impunes a los de guante blanco.Dice el propio Elías Neuman en ese libro: "Cada vez que conozco más sobre la conciencia moral de ciertas personas que se dicen respetables, amo más a los delincuentes".
J.P.G.
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