10/16/2007
10/08/2007
EL PEOR DE TODOS
La capital pampeana, que alguna vez supo ser gobernada por el socialismo y que a lo largo de su historia forjó la posibilidad de convertirse en una ciudad progresista, con fuerte presencia del cooperativismo y los movimientos vecinales, afrontará el próximo 28 de octubre el riesgo de que sea elegido como intendente el peor de todos.
Las encuestas, las circunstancias político-partidarias, el reinado del conservadurismo, el clientelismo, el miedo y un sentido común cada día más volcado hacia la derecha, convierten en favorito para ganar la elección por el gobierno comunal al postulante del PJ, Juan Carlos Tierno.
Aunque el nivel de rechazo que cosecha el candidato oficialista es tal vez uno de los más grandes que se recuerden en un dirigente local, la atomización de las fuerzas opositoras puede facilitar el arribo al poder de un personaje que viene medrando en el Estado desde hace dos décadas y media, y que sin embargo pretende presentarse como un supuesto “renovador” alejado de la clase política.
Si Menem forjó su poder y lo mantuvo tras lograr una alianza entre los sectores más desposeídos y los más ricos beneficiarios de su modelo, Tierno sueña con el triunfo electoral a partir de la implícita alianza entre los votantes justicialistas que meten la boleta de la Lista 2 independientemente de quién la ocupe, y un sector de la sociedad que exige mano dura y que se cree que el Mesías ha llegado para cumplirles ese anhelo.
Santa Rosa, la ciudad que supo ser gobernada por el socialismo, la capital de provincia que alguna vez amenazó con su progresismo, la misma que hizo base en el vecinalismo y el cooperativismo, quedará este 28 de octubre a merced de los garcas que desviaron el curso de su historia.
Las encuestas, las circunstancias político-partidarias, el reinado del conservadurismo, el clientelismo, el miedo y un sentido común cada día más volcado hacia la derecha, convierten en favorito para ganar la elección por el gobierno comunal al postulante del PJ, Juan Carlos Tierno.
Aunque el nivel de rechazo que cosecha el candidato oficialista es tal vez uno de los más grandes que se recuerden en un dirigente local, la atomización de las fuerzas opositoras puede facilitar el arribo al poder de un personaje que viene medrando en el Estado desde hace dos décadas y media, y que sin embargo pretende presentarse como un supuesto “renovador” alejado de la clase política.
Si Menem forjó su poder y lo mantuvo tras lograr una alianza entre los sectores más desposeídos y los más ricos beneficiarios de su modelo, Tierno sueña con el triunfo electoral a partir de la implícita alianza entre los votantes justicialistas que meten la boleta de la Lista 2 independientemente de quién la ocupe, y un sector de la sociedad que exige mano dura y que se cree que el Mesías ha llegado para cumplirles ese anhelo.
Santa Rosa, la ciudad que supo ser gobernada por el socialismo, la capital de provincia que alguna vez amenazó con su progresismo, la misma que hizo base en el vecinalismo y el cooperativismo, quedará este 28 de octubre a merced de los garcas que desviaron el curso de su historia.
LA CONDENA DEL PASADO
Oscar Mario Jorge no sólo sirvió a los intereses de la dictadura militar en La Pampa, sino que además lo hizo “con carácter honorario”, según reza el decreto de designación que el oficialismo pretende ocultar.
El ex intendente de Santa Rosa es uno de los funcionarios que se desempeñó en el gobierno mientras la dictadura militar entregaba el país, pisaba la democracia, desaparecía ciudadanos y robaba bebés. Ahora, Jorge posa y se maquilla para los afiches y spots de campaña, en el Hotel Calfucurá, junto a su adláter Gustavo Fernández Mendía.
El argumento utilizado por Jorge para tratar de sacarse esa mancha de encima fue que apenas ocupó cargos administrativos, a los que llegó como parte de su carrera, no diferente a la de cualquier empleado público.
Eso es una mentira que se cae a pedazos simplemente con repasar la verdadera historia y recurrir a los archivos, que condenan a Jorge.
Jorge contó con los favores de la dictadura desde temprano. Tanto que apenas pasaron dos semanas entre la asunción del gobierno inconstitucional y su designación.
La peor de las dictaduras de la historia hizo pie en el poder el 24 de marzo del año ’76. El 6 de abril de ese mismo año se estaba firmando en La Pampa el decreto número 76, para ubicar al “Ningo” en un puesto de influencia.
El artículo 1° de ese decreto es el que designa a los directores titulares interinos del Banco de La Pampa. El primero de los mencionados es Oscar Mario Jorge (libreta de enrolamiento número 7.349.822, clase 1936). También fueron nombrados el contador Rubén Omar Rivero, otro histórico seguidor del marinismo y Eduardo Feliz Molteni, que luego sería el primer intendente de Santa Rosa desde el regreso de la democracia en el ‘83.
Allí mismo se designa como síndico titular interino a Carlos Depetris.
Pero Jorge fue más beneficiado todavía. Demostrando su simpatía con el nuevo régimen, aceptó que lo designaran además como presidente suplente interino de la entidad crediticia provincial.
El artículo 4° del mismo decreto asvera: “Las personas designadas por los artículos anteriores actuarán como Delegados de la Intervención Militar en La Pampa, con carácter honorario y sin perjuicio de las funciones que desempeñan en la Administración Pública Provincial”.
El ex intendente de Santa Rosa es uno de los funcionarios que se desempeñó en el gobierno mientras la dictadura militar entregaba el país, pisaba la democracia, desaparecía ciudadanos y robaba bebés. Ahora, Jorge posa y se maquilla para los afiches y spots de campaña, en el Hotel Calfucurá, junto a su adláter Gustavo Fernández Mendía.
El argumento utilizado por Jorge para tratar de sacarse esa mancha de encima fue que apenas ocupó cargos administrativos, a los que llegó como parte de su carrera, no diferente a la de cualquier empleado público.
Eso es una mentira que se cae a pedazos simplemente con repasar la verdadera historia y recurrir a los archivos, que condenan a Jorge.
Jorge contó con los favores de la dictadura desde temprano. Tanto que apenas pasaron dos semanas entre la asunción del gobierno inconstitucional y su designación.
La peor de las dictaduras de la historia hizo pie en el poder el 24 de marzo del año ’76. El 6 de abril de ese mismo año se estaba firmando en La Pampa el decreto número 76, para ubicar al “Ningo” en un puesto de influencia.
El artículo 1° de ese decreto es el que designa a los directores titulares interinos del Banco de La Pampa. El primero de los mencionados es Oscar Mario Jorge (libreta de enrolamiento número 7.349.822, clase 1936). También fueron nombrados el contador Rubén Omar Rivero, otro histórico seguidor del marinismo y Eduardo Feliz Molteni, que luego sería el primer intendente de Santa Rosa desde el regreso de la democracia en el ‘83.
Allí mismo se designa como síndico titular interino a Carlos Depetris.
Pero Jorge fue más beneficiado todavía. Demostrando su simpatía con el nuevo régimen, aceptó que lo designaran además como presidente suplente interino de la entidad crediticia provincial.
El artículo 4° del mismo decreto asvera: “Las personas designadas por los artículos anteriores actuarán como Delegados de la Intervención Militar en La Pampa, con carácter honorario y sin perjuicio de las funciones que desempeñan en la Administración Pública Provincial”.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)