Un ministro del Superior Tribunal de Justicia tiene una remuneración total de 12.359 pesos (el básico es de 1.706). El mismo sueldo tiene el Procurador General. Los jueces de Cámara, administradores y fiscales de esa instancia cobran 8.242 pesos al mes (con un básico de 1.537 pesos). Y un juez de primera instancia se queda en los 6.476 pesos (básico de 1.399).
Pero además, los magistrados están exentos de pagar el impuesto a las Ganancias, una medida inequitativa que el ministro Víctor Menéndez defiende a capa y espada.
Su teoría es que “no resulta descabellado” que los jueces tengan ese privilegio.
“Una de las formas de garantizar una Justicia independiente es a través de un juez muy bien retribuido (...) Si hablamos de la intangibilidad de la Justicia y de los magistrados en su permanencia en el cargo como forma de mantener su independencia, no me parece que sea descabellado decir que no paguen impuesto a las ganancias”.
Menéndez dice que “el objetivo de darle un salario dignísimo a un juez no es un privilegio del juez, es un privilegio de los ciudadanos a los cuales se trata de proteger a través de un juez totalmente ajeno a las necesidades. Un juez que está luchando como cualquier ciudadano para sobrevivir, está sujeto o es vulnerable; porque sus decisiones tienen mucha trascendencia”.
“Entonces, la vida, el honor y los bienes de los ciudadanos están en manos de alguien que tiene serios problemas; y eso no es pensable. Una de las formas de garantizar una Justicia independiente es un juez muy bien retribuido, no en función del juez, sino en función de los ciudadanos que son los judiciables”, agrega Menéndez.
En diciembre de 2003, insistió: “En la profesión alguien que trabajó duro y bien, tiene una retribución muy digna, al cabo de su vida un patrimonio. Un juez que no alcanza ese patrimonio, hace que el buen ciudadano, el buen juez, el conocedor, huya de la Justicia para irse a la profesión...”
9/18/2007
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