12/19/2007

MEJOR QUE DECIR SERÍA HACER

El viernes 16 de noviembre se realizó la cuarta entrega de los premios “Testimonio”, la forma que el Poder Ejecutivo Provincial encontró para lavar culpas frente a la sociedad y reconocer a “figuras” de distintos ámbitos a los cuales de otra manera no les lleva el apunte. Apelando a la sensiblería y el estado emotivo que genera cualquier reconocimiento de este tipo, el Gobierno pampeano aprovecha para contentar con una estatuilla y un diploma a trabajadores de la cultura, la educación, el deporte, el periodismo, etcétera.
Lo poco que al Gobierno le importa este tipo de actividades –no la ceremonia de entrega del premio, sino el trabajo real por el cual los galardonados lo reciben– está dado, simplemente, por el hecho de que el primer mandatario provincial en ese momento, Carlos Alberto Verna, ni siquiera fue; cuando su presencia había sido anunciada por todos los rincones con bombos y platillos.En su lugar, el acto estuvo presidido por una funcionaria de tercera línea, la no por mucho tiempo más subsecretaria de Cultura Adriana Lis Maggio, quien aprovechó para despedirse de la función pública; una desubicación típica en la que incurren las autoridades en su afán de cobrar protagonismo en actos en los que debieran pasar desapercibidos.Con el tono escolar que la caracteriza, Maggio saludó a los asistentes y manifestó textualmente con cierto dejo de despedida que para ella era “un honor y un orgullo haber representado al Gobierno de La Pampa”. Analizando el reflejo que tuvo en la sociedad su gestión, habría que agregar que para ella también ha sido una suerte.Anteriormente al discurso de la subsecretaria se proyectó un trabajo audiovisual que no distó en calidad de los que se acostumbran publicitar en este tipo de actos.

ARTE “PROPIO”. La ceremonia realizada en el Teatro Español también sirvió para que los caracterizados especimenes de la intelectualidad pampeana se hicieran ver y se codearan con el pseudofuncionariaje de la Subsecretaría. Sinceramente pareció que el premio era obra y gracia de la SCP, cuando en realidad está instituido por el Gobierno de La Pampa mediante el Decreto Nº 2323/96, modificado mediante el N° 1234/01 que le otorgó carácter de cuatrianual (antes era cada dos años) y está destinado a “reconocer el talento y la dedicación de los pampeanos que, a través de sus trayectorias de vida, se han destacado en diversas disciplinas”.Otra cosa: no debería llamarse “premio” sino reconocimiento, aunque sea por la antipatía que provoca la palabra. Y de paso darles algo más que un “reconocimiento” si tanto interesa alentar las distintas actividades. La metodología para seleccionar a los que recibirán la estatua y el diploma es que las instituciones intermedias pampeanas (pueden ser estatales) postulen a su candidato y el jurado elija; que es otra forma que el PEP encontró para dar “participación” a la comunidad y de paso zafar de las posibles críticas o de tener que elegir con criterio propio.

Jack

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