¿Vio lo que les pasó a los peronistas después de tanto repetir eso de que son como los gatos, porque cuando hacen ruido parece que están peleando pero en realidad se están reproduciendo?
Ahora resulta que entre los peronismos existe el peronismo gay. El ex diputado Luis Galcerán, que tiene una especie de escuela adoctrinadora o algo así, dice que hay 7 peronismos.
Con esto del peronismo gay surgiría un octavo peronismo, no se sabe si maravilloso o no.
Pero hay muchos más.
El peronismo cornudo se practica muy seguido: son los que tejen alianzas pero después se engañan.
El peronismo transformista está bien representado en Néstor Ahuad, que es médico, y políticamente siempre se anda acomodando al contexto. No tiene problemas en cambiar de sexo (o de líder) según las necesidades.
El peronismo zoofílico está representado en Convergencia Peronista, que está integrada –según dijo el nuevo/viejo aliado Santiago Giuliano– por gallinas, patos y gallaretas.
El peronismo lésbico, si aplicamos la lógica marinista, es el que en estas horas conforman Miyi regazzoli, Delia gette, Stella Maris García (Movimiento Evita): se apoyan entre mujeres y encima alzan la figura de Cristina Kirchner.
Verna es el prototipo del peronismo voyeurista: siempre la mira de afuera, sin intervenir, pero –perversón el gordito– goza como loco. Su placer pasa por ver como se encaman entre los demás...
JC Tierno representaría un peronismo castrador. Aunque también le queda bien el mote de peronismo machote. Y peronismo machete, que es muy parecido al pronunciar pero no es lo mismo.
¿Será Juan Carlos Suárez un peronismo bisexual, por aquello de que está adentro del partido pero no tanto, y está afuera pero no tanto...?
Y Mediza, que no levanta en las encuestas, ¿sería el peronismo impotente?
Además del peronismo gay, existe el peronismo goy (los Matzkin).
Y el peronismo gay-ser (el de Alcala, que inauguró el chorro más grande de la laguna).
El vice de Alcala, Sergio Draque –aburrido, un poco indefinido– tiene pinta de un peronismo asexuado.
3/07/2007
3/02/2007
LA EDICIÓN DE MARZO 07
Marín reveló la existencia de un nuevo peronismo: el peronismo gay. Y se levantó polvadera. En la edición en papel de marzo, la interna erotizada, el encuentro de Convergencia en Eduardo Castex, los coletazos del Caso Canale, la polémica designación del Agustín "Cola" Hernández como contador general de la Provincia, el ida y vuelta de Santiao Giuliano, los favores del juez Balaguer. Y además, la muerte de Julio Domínguez (El Bardino), un poco de rock, un poco de cine y las tradicionales secciones. Todo por 4,90 pesos.
3/01/2007
SE SABÍA, SE SABÍA...
Más de 4 años después del crimen, al fin la Justicia mira para el lado al que desde un principio debió poner bajo la lupa: los policías de la comisaría de General Acha vuelven a ser sospechosos del asesinato de Juan Carlos Canale, ocurrido el 31 de octubre de 2002. La Cámara del Crimen 1 anuló la elevación a juicio oral y público y ordenó reinvestigar el caso.
"Se sabía, se sabía, a Canale lo mató la Policía".
El cantito en las movilizaciones, por lo visto, no estaba tan errado. Más de 4 años después del crimen de Juan Carlos Canale en la comisaría de General Acha, por fin la Justicia no se hace la distraída y mira para el lado donde estaban todas las evidencias.
La Cámara del Crimen 1 de Santa Rosa resolvió el mes pasado anular la elevación al juicio oral y público en el que se había condenado a 4 "perejiles" y ordenó reivnestigar el hecho. Esto significa que los policías de la comisaría de General Acha vuelven a estar bajo sospecha.
El asesinato de Canale fue uno de los que involucró a La Policía de Marín. Y por eso, ni bien ocurrió, el socio del gobernador, César Ballari, dijo en su lugar de ministro de Gobierno y Justicia que los efectivos no tenían nada que ver con el asunto.
Desde ese momento, los funcionarios judiciales compraron la historia oficial que planeó el poder político: el entonces fiscal Pablo Tomás Balaguer –que después de este vergonzoso episodio consiguió un ascenso– y el juez Alvaro Reyes desvincularon a los policías.
Y le apuntaron con todo a 5 muchachos que ese 31 de octubre de 2002 estaban detenidos en la misma celda en la que metieron a Canale. A 4 de ellos los sentenciaron y fueron a prisión, pero la Corte Suprema de Justicia empezó a dar vuelta la historia cuando ordenó un nuevo juicio oral y público.
Ahora la Cámara del Crimen 1 completó la revisión y ordenó que se le dé importancia a las pruebas que sugieren la participación policial.
"Se sabía, se sabía, a Canale lo mató la Policía".
El cantito en las movilizaciones, por lo visto, no estaba tan errado. Más de 4 años después del crimen de Juan Carlos Canale en la comisaría de General Acha, por fin la Justicia no se hace la distraída y mira para el lado donde estaban todas las evidencias.
La Cámara del Crimen 1 de Santa Rosa resolvió el mes pasado anular la elevación al juicio oral y público en el que se había condenado a 4 "perejiles" y ordenó reivnestigar el hecho. Esto significa que los policías de la comisaría de General Acha vuelven a estar bajo sospecha.
El asesinato de Canale fue uno de los que involucró a La Policía de Marín. Y por eso, ni bien ocurrió, el socio del gobernador, César Ballari, dijo en su lugar de ministro de Gobierno y Justicia que los efectivos no tenían nada que ver con el asunto.
Desde ese momento, los funcionarios judiciales compraron la historia oficial que planeó el poder político: el entonces fiscal Pablo Tomás Balaguer –que después de este vergonzoso episodio consiguió un ascenso– y el juez Alvaro Reyes desvincularon a los policías.
Y le apuntaron con todo a 5 muchachos que ese 31 de octubre de 2002 estaban detenidos en la misma celda en la que metieron a Canale. A 4 de ellos los sentenciaron y fueron a prisión, pero la Corte Suprema de Justicia empezó a dar vuelta la historia cuando ordenó un nuevo juicio oral y público.
Ahora la Cámara del Crimen 1 completó la revisión y ordenó que se le dé importancia a las pruebas que sugieren la participación policial.
SUICIDIO, INFARTO, HOMICIDIO.
¿Qué fue lo que pasó aquel 31 de octubre de 2002?
Las versiones fueron confusas, los testimonios contradictorios y algunos detalles demasiado sugestivos. Por ejemplo, una cámara filmadora que supuestamente detecta todos los movimientos en la celda donde Canale perdió la vida, no arrojó resultados.
El día del crimen, la Policía hasta le dijo a los medios que Canale (que tenía 47 años) se había suicidado, golpeando su cabeza contra la pared. A la familia de la víctima, poco después, le explicaron que había sufrido un infarto. Hasta que una parte de la mentira no pudo sostenerse, y entonces declararon que había sido una golpiza. Y le echaron la culpa a algunos de los detenidos que compartieron la celda con Canale.
El abogado Omar Gebruers, quien fue el que pidió la anulación de la elevación a juicio, había planteado hace mucho tiempo –como defensor de Miguel Angel Rodríguez– que a los presos que fueron condenados injustamente en realidad "les tiraron un muerto" (ver aparte).
El juez Reyes procesó a 5 de los 10 detenidos (después declararon inocente a Agustín Cheade y condenaron a Miguel Rodríguez, Alejandro Tressen, Pedro Roveda y Gustavo Alarcón).
ATRAPADO SIN SALIDA
De acuerdo a la versión de Gebruers –que la Justicia parece aceptar en gran parte a partir de que empezó a revisar el caso– Canale llegó a la "unidad de Orden Público" (la comisaría de Acha) en un patrullero entre las 11:30 y las 11:45.
Los policías lo encerraron con los detenidos procesados, a contramano de las órdenes expresas de no mezclar "detenidos" con "demorados".
Según los testimonios que forman parte de la causa (aunque ignorados por los responsables de decidir) Canale caminaba con dificultad, con el cuerpo encogido, se quejaba del dolor de nuca, se lo veía mal, con aspecto de sufrimiento, que no emitía palabras. Algunos manifestaban que pedía ayuda y que decía que lo había golpeado la policía.
Canale almorzó en la comisaría. Después lo retiraron para la revisación médica, que duró entre 10 y 15 minutos, y regresó a la Alcaidía. Ni bien entró a la celda se desmayó, "como con un ataque de epilepsia", según apunta la misma versión.
Dos compañeros de celda –uno de apellido Aguayo y el "Porteño" Rodríguez– lo ayudaron a levantarse. Cuando volvieron a ver cómo se sentía, lo encontraron sin vida. El Porteño le avisó al cabo de guardia que Canale estaba tirado en la última celda.
Los policías lo encerraron con los detenidos procesados, a contramano de las órdenes expresas de no mezclar "detenidos" con "demorados".
Según los testimonios que forman parte de la causa (aunque ignorados por los responsables de decidir) Canale caminaba con dificultad, con el cuerpo encogido, se quejaba del dolor de nuca, se lo veía mal, con aspecto de sufrimiento, que no emitía palabras. Algunos manifestaban que pedía ayuda y que decía que lo había golpeado la policía.
Canale almorzó en la comisaría. Después lo retiraron para la revisación médica, que duró entre 10 y 15 minutos, y regresó a la Alcaidía. Ni bien entró a la celda se desmayó, "como con un ataque de epilepsia", según apunta la misma versión.
Dos compañeros de celda –uno de apellido Aguayo y el "Porteño" Rodríguez– lo ayudaron a levantarse. Cuando volvieron a ver cómo se sentía, lo encontraron sin vida. El Porteño le avisó al cabo de guardia que Canale estaba tirado en la última celda.
GOLPIZA COLECTIVA
El médico forense Alberto Di Liscia –que participó en la autopsia– le dijo a El Fisgón que Canale "murió a consecuencia de las heridas recibidas después de una golpiza. Por la lesión de órganos internos. Los golpes fueron provocados por un objeto duro y romo, más allá de eso yo no puedo precisar cuál fue el objeto". También aseveró que las heridas "fueron provocadas presumiblemente por más de una persona".
El abogado que patrocinó a la familia, Alberto Fabián Pérez, dijo "la policía actuó mal dentro de su marco reglamentario. A Canale lo demoran por nada, sólo por una denuncia. Eso nunca puede motivar la detención de una persona".
El entonces secretario del juez Alvaro José Reyes, Hugo Vercellino –que ahora es fiscal de General Acha– dijo a esta revista, cuando se le preguntó si habían existido excesos policiales: "Yo no puedo contestar eso porque sería sacar conclusiones por cuenta mía. No sería un dato objetivo".
El abogado que patrocinó a la familia, Alberto Fabián Pérez, dijo "la policía actuó mal dentro de su marco reglamentario. A Canale lo demoran por nada, sólo por una denuncia. Eso nunca puede motivar la detención de una persona".
El entonces secretario del juez Alvaro José Reyes, Hugo Vercellino –que ahora es fiscal de General Acha– dijo a esta revista, cuando se le preguntó si habían existido excesos policiales: "Yo no puedo contestar eso porque sería sacar conclusiones por cuenta mía. No sería un dato objetivo".
EL MUNDO DEL REVÉS
Un furibundo espasmo ultra democrático parece haber contagiado al ex ministro Juan Carlos Tierno, lanzado de lleno a la candidatura a la Intendencia de Santa Rosa.
A tal punto el reino parece patas arriba, que repartió sus panfletos de campaña en un acto donde se recordó a Andrea López, una mujer víctima de la violencia que desapareció durante la gestión que hizo Tierno como ministro de Gobierno, Seguridad y Justicia.
El precandidato a intendente tiene buenos números en las encuestas, según coinciden todos, aunque haciendo la aclaración de que también se trata del postulante que más rechazo cosecha.
Su nueva pretensión de que él no actuó en política o no tiene nada que ver con el sistema de partidos de La Pampa, parece una tomada de pelo. Por lo menos para los que tienen memoria.
Tierno pasó por unas cuantas oficinas oficiales: fue funcionario del primer gobierno de Rubén Marín y funcionario del gobierno de Oscar Mario Jorge.
Fue funcionario del gobernador Carlos Verna y no está enrolado en la Línea Plural, pero tampoco afuera (sigue siendo funcionario como representante de la provincia en el Consejo del Tránsito).
Fue candidato a senador por el PJ pampeano y asumiría en ese cargo si Marín es elegido gobernador este año.
Y fue, también, director por el capital estatal en el Banco de La Pampa que se sacó de encima la "cartera sucia" de acomodados, privilegiados, punteros y empresarios amigos. Claro que Tierno cree que ese puesto en el BLP –designado por el gobernador, avalado por los diputados– no es un cargo funcionarial. Con ese argumento zafó de presentar sus declaraciones juradas mientras lo ejerció. Y con ese argumento, el juez Pablo Tomás Balaguer mandó rápidamente al archivo la causa judicial en la que se pretendía investigar cómo hizo Tierno para apropiarse del campo de un deudor del BLP.
¿Ahora Tierno quiere hacerle creer a la ciudadanía que él no tiene nada que ver con "los políticos" y con "la política"? Fue desde siempre una de las voces más influyentes en el PJ pampeano, merced a sus relaciones con Marín y a su parentesco con Manuel Justo Baladrón. Diseñó estrategias para lograr reelecciones, metió cuña en todos los congresos, diagramó tácticas y ayudó a ver las leyes del lado que hiciera falta.
A cambio, claro, es uno de los que siempre ha caído bien parado.
Ahora también tiene un repentino interés en que las elecciones internas partidarias sean abiertas. Más que convicción hay en esa exigencia, una conveniencia: Tierno sabe que puede cosechar votos "gorilas" entre los no peronistas. Y por eso hasta se atreve a plantear la chance de una consulta popular si es que los diputados deciden cambiar la ley en su perjuicio.
Con otros temas, en cambio, se hace el distraído. En esta misma campaña, por ejemplo, consideró usurpadores a los vecinos del barrio Fonavi 42 que tomaron terrenos porque no tienen vivienda. El argumento: las ordenanzas así lo disponen. ¿Por qué no se puede en esos casos, que influyen mucho más sobre la vida cotidiana de la gente, llamar a una consulta popular? ¿Por qué no proponer consultas populares sobre otras cuestiones de fondo y sí hacerlo únicamente con aquellas leyes que, en determinado momento, frente a determinado escenario, perjudican a determinados dirigentes o sectores?
Su nueva pretensión de que él no actuó en política o no tiene nada que ver con el sistema de partidos de La Pampa, parece una tomada de pelo. Por lo menos para los que tienen memoria.
Tierno pasó por unas cuantas oficinas oficiales: fue funcionario del primer gobierno de Rubén Marín y funcionario del gobierno de Oscar Mario Jorge.
Fue funcionario del gobernador Carlos Verna y no está enrolado en la Línea Plural, pero tampoco afuera (sigue siendo funcionario como representante de la provincia en el Consejo del Tránsito).
Fue candidato a senador por el PJ pampeano y asumiría en ese cargo si Marín es elegido gobernador este año.
Y fue, también, director por el capital estatal en el Banco de La Pampa que se sacó de encima la "cartera sucia" de acomodados, privilegiados, punteros y empresarios amigos. Claro que Tierno cree que ese puesto en el BLP –designado por el gobernador, avalado por los diputados– no es un cargo funcionarial. Con ese argumento zafó de presentar sus declaraciones juradas mientras lo ejerció. Y con ese argumento, el juez Pablo Tomás Balaguer mandó rápidamente al archivo la causa judicial en la que se pretendía investigar cómo hizo Tierno para apropiarse del campo de un deudor del BLP.
¿Ahora Tierno quiere hacerle creer a la ciudadanía que él no tiene nada que ver con "los políticos" y con "la política"? Fue desde siempre una de las voces más influyentes en el PJ pampeano, merced a sus relaciones con Marín y a su parentesco con Manuel Justo Baladrón. Diseñó estrategias para lograr reelecciones, metió cuña en todos los congresos, diagramó tácticas y ayudó a ver las leyes del lado que hiciera falta.
A cambio, claro, es uno de los que siempre ha caído bien parado.
Ahora también tiene un repentino interés en que las elecciones internas partidarias sean abiertas. Más que convicción hay en esa exigencia, una conveniencia: Tierno sabe que puede cosechar votos "gorilas" entre los no peronistas. Y por eso hasta se atreve a plantear la chance de una consulta popular si es que los diputados deciden cambiar la ley en su perjuicio.
Con otros temas, en cambio, se hace el distraído. En esta misma campaña, por ejemplo, consideró usurpadores a los vecinos del barrio Fonavi 42 que tomaron terrenos porque no tienen vivienda. El argumento: las ordenanzas así lo disponen. ¿Por qué no se puede en esos casos, que influyen mucho más sobre la vida cotidiana de la gente, llamar a una consulta popular? ¿Por qué no proponer consultas populares sobre otras cuestiones de fondo y sí hacerlo únicamente con aquellas leyes que, en determinado momento, frente a determinado escenario, perjudican a determinados dirigentes o sectores?
VOLVER AL FUTURO
Santiago Giuliano (que en la foto del viejo archivo aparece con el Ningo Jorge y el doctor Valdivia) dio un sonoro portazo a Convergencia y al marinismo, en los días finales de 2001. Tuvo agallas para dar la pelea interna. Denunció la soberbia del poder, la utilización de la droga para ganar votos, la existencia de coimas en la obra pública. Se cansó y se entregó: ahora está de vuelta en el mismo sector del que renegó como pocos. Pero las palabras quedan: miren lo que Giuliano dice de Convergencia, de sus jefes, de sus nuevos viejos compañeros de andanzas y de sí mismo.
–¿Cuál es el gran interés de formar parte de la cohorte marinista? –le preguntó El Fisgón a Santiago Giuliano.
–El poder subyuga. Casi todas las personas tenemos vocación de ejercer poder. Es casi un componente de la condición humana. Además obviamente que en una economía devastada como la Argentina, acceder a un cargo ha pasado a ser una de las pocas actividades que tienen un ingreso seguro y aceptable, que deviene en un privilegio si se compara con la realidad del resto –respondió Santiaguito.
–¿Y qué es la "cohorte"? –insistió esta revista, tratando de conocer más a fondo el comportamiento de la dirigencia oficialista.
–Después de 20 años de conducción sin interrupción, se forma primero un equipo de gobierno. Pero luego se transforma en una especie de establishment local de la política, donde el hecho de pertenecer es más importante que ser. Creo que la continuidad en el poder del mismo partido, del mismo sector, ha hecho que pertenecer al elenco sea más importante que las razones para estar.
–¿Marín no tiene demasiados forros alrededor? –fue otro de los interrogantes para el primo del presidente del PJ.
–Yo no soy quién para calificar de forro a nadie. Sí estoy seguro de que hay mucha gente que forma parte de esa familia no por amor sino por interés. Entonces no sé quién es el forro.
–¿Cuál es el gran interés de formar parte de la cohorte marinista? –le preguntó El Fisgón a Santiago Giuliano.
–El poder subyuga. Casi todas las personas tenemos vocación de ejercer poder. Es casi un componente de la condición humana. Además obviamente que en una economía devastada como la Argentina, acceder a un cargo ha pasado a ser una de las pocas actividades que tienen un ingreso seguro y aceptable, que deviene en un privilegio si se compara con la realidad del resto –respondió Santiaguito.
–¿Y qué es la "cohorte"? –insistió esta revista, tratando de conocer más a fondo el comportamiento de la dirigencia oficialista.
–Después de 20 años de conducción sin interrupción, se forma primero un equipo de gobierno. Pero luego se transforma en una especie de establishment local de la política, donde el hecho de pertenecer es más importante que ser. Creo que la continuidad en el poder del mismo partido, del mismo sector, ha hecho que pertenecer al elenco sea más importante que las razones para estar.
–¿Marín no tiene demasiados forros alrededor? –fue otro de los interrogantes para el primo del presidente del PJ.
–Yo no soy quién para calificar de forro a nadie. Sí estoy seguro de que hay mucha gente que forma parte de esa familia no por amor sino por interés. Entonces no sé quién es el forro.
(Esto parece joda, pero no lo es. Las respuestas de Giuliano parecen una confesión. A lo mejor lo son. Es una de las hermosuras del archivo. Cuando Giuliano le dijo todas esas cosas a El Fisgón era enero de 2002. Acababa de dar un portazo en Convergencia, denunciando las pestilencias del marinismo, acusando al gobernador de ser un traidor y un cagón).
EL TACO (*) GAY DE MARÍN
¡Señoras y señores!: ¿quién es más macho? ¿Marín o Verna? Macho contra macho: el peronismo es cosa de hombres bien machos. Un psicoanálisis del peronismo podría develarnos un inconfesable deseo homosexual. En la mirada peronista lo femenino queda fuera de cuadro. ¿Qué ve el macho peronista? otro macho peronista, tal es su objeto de la mirada, objeto de deseo para la teoría psicoanalítica. Pero esa no sería toda la cuestión: la escena sexual política es exhibida en los medios de comunicación pampeanos y tiene sus mociones: ¿quién la tiene más grande? - "Vamos a ganar por paliza", a quien el candidato denomina, "un peronista gay", y describe la erótica peronista: "se acarician con un radical, se acarician con un peronista, se acarician con un socialista y se acarician con todos para conseguir el objetivo". Las declaraciones de Marín publicadas en El Diario de La Pampa (27-02-07) no sólo son inmorales y homofóbicas sino, y esto institucionalmente es más grave, puede estar tratándose de un acto discriminatorio. La Ley 23.592 que crea al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo-INADI del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación establece que incurre en un acto discriminatorio: "Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño moral y material ocasionados. (…) A los efectos del presente artículo se considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos". Como ciudadano gay me siento discriminado por la menospreciativa arenga del Senador Marín y seguramente las minorías sexuales de la Provincia de La Pampa sentirán la misma condena social sostenida desde el poder político. Ya sabemos, el desquiciado aparato peronista destila tantas genuflexiones al jefe que cuando Marín en otra arenga condenó a los periodistas independientes, acto seguido, unos fanáticos apalearon a Juan Pablo Gavazza (periodista de El Diario y El fisgón). ¿Qué nos espera, ahora, a las minorías sexuales pampeanas? Habrá que recurrir a la protección constitucional y denunciar ante el INADI, habrá que organizarse y defender nuestros derechos. También, es importante analizar de dónde viene y a dónde va la ideología de la discriminación. Ya sabemos, el paraíso político, que es La Pampa: criadero y cueva de corruptos, se ha visto forzado a desarrollar una política de exclusión sostenida en un pretoriano, prepotente y peronista sistema de control. Ni los pobres ("los muchitos") del Sr. Intendente, ni los gays del Senador, ni los intelectuales y artistas de la Sra. Vicegobernadora, ni los jóvenes y mujeres del ex ministro-sheriff, ni los militantes y activistas del Gobernador, deben interrumpir la fiesta menemista que se perpetúa en La Pampa. Las relaciones de poder en el propio seno de la sociedad pampeana dan lugar a situaciones de asimetría entre los grupos, actuando como caldo de cultivo para los prejuicios. Los prejuicios no se construyen en la sociedad de manera azarosa, sino que responden a conflictos e intereses de los grupos. Los sectores hegemónicos de la sociedad, en pos de un mayor control sobre los recursos, procuran generalizar su ideología como garantía del mantenimiento de su poder político. Así, estigmatizan a los sectores subordinados, adscribiéndoles atributos negativos: "negros", "villeros", "indios", "maricas". Estos prejuicios lanzados desde el poder hegemónico son reinterpretados por los diferentes grupos subalternos. Es decir, la xenofobia, el racismo, la homofobia y misoginia germinan hasta en los hábitos de los sectores más empobrecidos. Podemos concluir con el filósofo Theodor Adorno que la personalidad autoritaria de los jefes y lacayos del peronismo se basa en el respeto y la sumisión a los superiores, la agresividad para con los subordinados, la incapacidad de autoanálisis, la permeabilidad a los prejuicios en boga y como corolario una personalidad conservadora y antidemocrática. Todas conductas basadas en el miedo y la competencia que sirven de coartada para la dominación y la expoliación de los recursos materiales y simbólicos.
Silvio Lang
[*] En España sinónimo de maldición, blasfemia, insulto.
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