3/01/2007

EL TACO (*) GAY DE MARÍN


¡Señoras y señores!: ¿quién es más macho? ¿Marín o Verna? Macho contra macho: el peronismo es cosa de hombres bien machos. Un psicoanálisis del peronismo podría develarnos un inconfesable deseo homosexual. En la mirada peronista lo femenino queda fuera de cuadro. ¿Qué ve el macho peronista? otro macho peronista, tal es su objeto de la mirada, objeto de deseo para la teoría psicoanalítica. Pero esa no sería toda la cuestión: la escena sexual política es exhibida en los medios de comunicación pampeanos y tiene sus mociones: ¿quién la tiene más grande? - "Vamos a ganar por paliza", a quien el candidato denomina, "un peronista gay", y describe la erótica peronista: "se acarician con un radical, se acarician con un peronista, se acarician con un socialista y se acarician con todos para conseguir el objetivo". Las declaraciones de Marín publicadas en El Diario de La Pampa (27-02-07) no sólo son inmorales y homofóbicas sino, y esto institucionalmente es más grave, puede estar tratándose de un acto discriminatorio. La Ley 23.592 que crea al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo-INADI del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación establece que incurre en un acto discriminatorio: "Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño moral y material ocasionados. (…) A los efectos del presente artículo se considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos". Como ciudadano gay me siento discriminado por la menospreciativa arenga del Senador Marín y seguramente las minorías sexuales de la Provincia de La Pampa sentirán la misma condena social sostenida desde el poder político. Ya sabemos, el desquiciado aparato peronista destila tantas genuflexiones al jefe que cuando Marín en otra arenga condenó a los periodistas independientes, acto seguido, unos fanáticos apalearon a Juan Pablo Gavazza (periodista de El Diario y El fisgón). ¿Qué nos espera, ahora, a las minorías sexuales pampeanas? Habrá que recurrir a la protección constitucional y denunciar ante el INADI, habrá que organizarse y defender nuestros derechos. También, es importante analizar de dónde viene y a dónde va la ideología de la discriminación. Ya sabemos, el paraíso político, que es La Pampa: criadero y cueva de corruptos, se ha visto forzado a desarrollar una política de exclusión sostenida en un pretoriano, prepotente y peronista sistema de control. Ni los pobres ("los muchitos") del Sr. Intendente, ni los gays del Senador, ni los intelectuales y artistas de la Sra. Vicegobernadora, ni los jóvenes y mujeres del ex ministro-sheriff, ni los militantes y activistas del Gobernador, deben interrumpir la fiesta menemista que se perpetúa en La Pampa. Las relaciones de poder en el propio seno de la sociedad pampeana dan lugar a situaciones de asimetría entre los grupos, actuando como caldo de cultivo para los prejuicios. Los prejuicios no se construyen en la sociedad de manera azarosa, sino que responden a conflictos e intereses de los grupos. Los sectores hegemónicos de la sociedad, en pos de un mayor control sobre los recursos, procuran generalizar su ideología como garantía del mantenimiento de su poder político. Así, estigmatizan a los sectores subordinados, adscribiéndoles atributos negativos: "negros", "villeros", "indios", "maricas". Estos prejuicios lanzados desde el poder hegemónico son reinterpretados por los diferentes grupos subalternos. Es decir, la xenofobia, el racismo, la homofobia y misoginia germinan hasta en los hábitos de los sectores más empobrecidos. Podemos concluir con el filósofo Theodor Adorno que la personalidad autoritaria de los jefes y lacayos del peronismo se basa en el respeto y la sumisión a los superiores, la agresividad para con los subordinados, la incapacidad de autoanálisis, la permeabilidad a los prejuicios en boga y como corolario una personalidad conservadora y antidemocrática. Todas conductas basadas en el miedo y la competencia que sirven de coartada para la dominación y la expoliación de los recursos materiales y simbólicos.

Silvio Lang


[*] En España sinónimo de maldición, blasfemia, insulto.

No hay comentarios.: