3/01/2007

EL MUNDO DEL REVÉS


Un furibundo espasmo ultra democrático parece haber contagiado al ex ministro Juan Carlos Tierno, lanzado de lleno a la candidatura a la Intendencia de Santa Rosa.
A tal punto el reino parece patas arriba, que repartió sus panfletos de campaña en un acto donde se recordó a Andrea López, una mujer víctima de la violencia que desapareció durante la gestión que hizo Tierno como ministro de Gobierno, Seguridad y Justicia.
El precandidato a intendente tiene buenos números en las encuestas, según coinciden todos, aunque haciendo la aclaración de que también se trata del postulante que más rechazo cosecha.
Su nueva pretensión de que él no actuó en política o no tiene nada que ver con el sistema de partidos de La Pampa, parece una tomada de pelo. Por lo menos para los que tienen memoria.
Tierno pasó por unas cuantas oficinas oficiales: fue funcionario del primer gobierno de Rubén Marín y funcionario del gobierno de Oscar Mario Jorge.
Fue funcionario del gobernador Carlos Verna y no está enrolado en la Línea Plural, pero tampoco afuera (sigue siendo funcionario como representante de la provincia en el Consejo del Tránsito).
Fue candidato a senador por el PJ pampeano y asumiría en ese cargo si Marín es elegido gobernador este año.
Y fue, también, director por el capital estatal en el Banco de La Pampa que se sacó de encima la "cartera sucia" de acomodados, privilegiados, punteros y empresarios amigos. Claro que Tierno cree que ese puesto en el BLP –designado por el gobernador, avalado por los diputados– no es un cargo funcionarial. Con ese argumento zafó de presentar sus declaraciones juradas mientras lo ejerció. Y con ese argumento, el juez Pablo Tomás Balaguer mandó rápidamente al archivo la causa judicial en la que se pretendía investigar cómo hizo Tierno para apropiarse del campo de un deudor del BLP.
¿Ahora Tierno quiere hacerle creer a la ciudadanía que él no tiene nada que ver con "los políticos" y con "la política"? Fue desde siempre una de las voces más influyentes en el PJ pampeano, merced a sus relaciones con Marín y a su parentesco con Manuel Justo Baladrón. Diseñó estrategias para lograr reelecciones, metió cuña en todos los congresos, diagramó tácticas y ayudó a ver las leyes del lado que hiciera falta.
A cambio, claro, es uno de los que siempre ha caído bien parado.
Ahora también tiene un repentino interés en que las elecciones internas partidarias sean abiertas. Más que convicción hay en esa exigencia, una conveniencia: Tierno sabe que puede cosechar votos "gorilas" entre los no peronistas. Y por eso hasta se atreve a plantear la chance de una consulta popular si es que los diputados deciden cambiar la ley en su perjuicio.
Con otros temas, en cambio, se hace el distraído. En esta misma campaña, por ejemplo, consideró usurpadores a los vecinos del barrio Fonavi 42 que tomaron terrenos porque no tienen vivienda. El argumento: las ordenanzas así lo disponen. ¿Por qué no se puede en esos casos, que influyen mucho más sobre la vida cotidiana de la gente, llamar a una consulta popular? ¿Por qué no proponer consultas populares sobre otras cuestiones de fondo y sí hacerlo únicamente con aquellas leyes que, en determinado momento, frente a determinado escenario, perjudican a determinados dirigentes o sectores?

No hay comentarios.: