3/01/2007

VOLVER AL FUTURO


Santiago Giuliano (que en la foto del viejo archivo aparece con el Ningo Jorge y el doctor Valdivia) dio un sonoro portazo a Convergencia y al marinismo, en los días finales de 2001. Tuvo agallas para dar la pelea interna. Denunció la soberbia del poder, la utilización de la droga para ganar votos, la existencia de coimas en la obra pública. Se cansó y se entregó: ahora está de vuelta en el mismo sector del que renegó como pocos. Pero las palabras quedan: miren lo que Giuliano dice de Convergencia, de sus jefes, de sus nuevos viejos compañeros de andanzas y de sí mismo.

–¿Cuál es el gran interés de formar parte de la cohorte marinista? –le preguntó El Fisgón a Santiago Giuliano.
–El poder subyuga. Casi todas las personas tenemos vocación de ejercer poder. Es casi un componente de la condición humana. Además obviamente que en una economía devastada como la Argentina, acceder a un cargo ha pasado a ser una de las pocas actividades que tienen un ingreso seguro y aceptable, que deviene en un privilegio si se compara con la realidad del resto –respondió Santiaguito.
–¿Y qué es la "cohorte"? –insistió esta revista, tratando de conocer más a fondo el comportamiento de la dirigencia oficialista.
–Después de 20 años de conducción sin interrupción, se forma primero un equipo de gobierno. Pero luego se transforma en una especie de establishment local de la política, donde el hecho de pertenecer es más importante que ser. Creo que la continuidad en el poder del mismo partido, del mismo sector, ha hecho que pertenecer al elenco sea más importante que las razones para estar.
–¿Marín no tiene demasiados forros alrededor? –fue otro de los interrogantes para el primo del presidente del PJ.
–Yo no soy quién para calificar de forro a nadie. Sí estoy seguro de que hay mucha gente que forma parte de esa familia no por amor sino por interés. Entonces no sé quién es el forro.

(Esto parece joda, pero no lo es. Las respuestas de Giuliano parecen una confesión. A lo mejor lo son. Es una de las hermosuras del archivo. Cuando Giuliano le dijo todas esas cosas a El Fisgón era enero de 2002. Acababa de dar un portazo en Convergencia, denunciando las pestilencias del marinismo, acusando al gobernador de ser un traidor y un cagón).

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