3/01/2007

SE SABÍA, SE SABÍA...


Más de 4 años después del crimen, al fin la Justicia mira para el lado al que desde un principio debió poner bajo la lupa: los policías de la comisaría de General Acha vuelven a ser sospechosos del asesinato de Juan Carlos Canale, ocurrido el 31 de octubre de 2002. La Cámara del Crimen 1 anuló la elevación a juicio oral y público y ordenó reinvestigar el caso.

"Se sabía, se sabía, a Canale lo mató la Policía".
El cantito en las movilizaciones, por lo visto, no estaba tan errado. Más de 4 años después del crimen de Juan Carlos Canale en la comisaría de General Acha, por fin la Justicia no se hace la distraída y mira para el lado donde estaban todas las evidencias.
La Cámara del Crimen 1 de Santa Rosa resolvió el mes pasado anular la elevación al juicio oral y público en el que se había condenado a 4 "perejiles" y ordenó reivnestigar el hecho. Esto significa que los policías de la comisaría de General Acha vuelven a estar bajo sospecha.
El asesinato de Canale fue uno de los que involucró a La Policía de Marín. Y por eso, ni bien ocurrió, el socio del gobernador, César Ballari, dijo en su lugar de ministro de Gobierno y Justicia que los efectivos no tenían nada que ver con el asunto.
Desde ese momento, los funcionarios judiciales compraron la historia oficial que planeó el poder político: el entonces fiscal Pablo Tomás Balaguer –que después de este vergonzoso episodio consiguió un ascenso– y el juez Alvaro Reyes desvincularon a los policías.
Y le apuntaron con todo a 5 muchachos que ese 31 de octubre de 2002 estaban detenidos en la misma celda en la que metieron a Canale. A 4 de ellos los sentenciaron y fueron a prisión, pero la Corte Suprema de Justicia empezó a dar vuelta la historia cuando ordenó un nuevo juicio oral y público.
Ahora la Cámara del Crimen 1 completó la revisión y ordenó que se le dé importancia a las pruebas que sugieren la participación policial.


SUICIDIO, INFARTO, HOMICIDIO.
¿Qué fue lo que pasó aquel 31 de octubre de 2002?
Las versiones fueron confusas, los testimonios contradictorios y algunos detalles demasiado sugestivos. Por ejemplo, una cámara filmadora que supuestamente detecta todos los movimientos en la celda donde Canale perdió la vida, no arrojó resultados.
El día del crimen, la Policía hasta le dijo a los medios que Canale (que tenía 47 años) se había suicidado, golpeando su cabeza contra la pared. A la familia de la víctima, poco después, le explicaron que había sufrido un infarto. Hasta que una parte de la mentira no pudo sostenerse, y entonces declararon que había sido una golpiza. Y le echaron la culpa a algunos de los detenidos que compartieron la celda con Canale.
El abogado Omar Gebruers, quien fue el que pidió la anulación de la elevación a juicio, había planteado hace mucho tiempo –como defensor de Miguel Angel Rodríguez– que a los presos que fueron condenados injustamente en realidad "les tiraron un muerto" (ver aparte).
El juez Reyes procesó a 5 de los 10 detenidos (después declararon inocente a Agustín Cheade y condenaron a Miguel Rodríguez, Alejandro Tressen, Pedro Roveda y Gustavo Alarcón).


ATRAPADO SIN SALIDA

De acuerdo a la versión de Gebruers –que la Justicia parece aceptar en gran parte a partir de que empezó a revisar el caso– Canale llegó a la "unidad de Orden Público" (la comisaría de Acha) en un patrullero entre las 11:30 y las 11:45.
Los policías lo encerraron con los detenidos procesados, a contramano de las órdenes expresas de no mezclar "detenidos" con "demorados".
Según los testimonios que forman parte de la causa (aunque ignorados por los responsables de decidir) Canale caminaba con dificultad, con el cuerpo encogido, se quejaba del dolor de nuca, se lo veía mal, con aspecto de sufrimiento, que no emitía palabras. Algunos manifestaban que pedía ayuda y que decía que lo había golpeado la policía.
Canale almorzó en la comisaría. Después lo retiraron para la revisación médica, que duró entre 10 y 15 minutos, y regresó a la Alcaidía. Ni bien entró a la celda se desmayó, "como con un ataque de epilepsia", según apunta la misma versión.
Dos compañeros de celda –uno de apellido Aguayo y el "Porteño" Rodríguez– lo ayudaron a levantarse. Cuando volvieron a ver cómo se sentía, lo encontraron sin vida. El Porteño le avisó al cabo de guardia que Canale estaba tirado en la última celda.


GOLPIZA COLECTIVA

El médico forense Alberto Di Liscia –que participó en la autopsia– le dijo a El Fisgón que Canale "murió a consecuencia de las heridas recibidas después de una golpiza. Por la lesión de órganos internos. Los golpes fueron provocados por un objeto duro y romo, más allá de eso yo no puedo precisar cuál fue el objeto". También aseveró que las heridas "fueron provocadas presumiblemente por más de una persona".
El abogado que patrocinó a la familia, Alberto Fabián Pérez, dijo "la policía actuó mal dentro de su marco reglamentario. A Canale lo demoran por nada, sólo por una denuncia. Eso nunca puede motivar la detención de una persona".
El entonces secretario del juez Alvaro José Reyes, Hugo Vercellino –que ahora es fiscal de General Acha– dijo a esta revista, cuando se le preguntó si habían existido excesos policiales: "Yo no puedo contestar eso porque sería sacar conclusiones por cuenta mía. No sería un dato objetivo".

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