10/06/2006

Aragonés: el afano para salir de pobre

Bestial hasta la médula, incluso para ser sincero, el impresentable puntero político Carlos Aragonés, firmante de todos los pactos oscuros habidos y por haber, y “padrino” –al estilo de la mafia– de Rubén Marín y Carlos Verna, abrió la boca (que es una de sus especialidades). Y como cada vez que abre la boca, escupió barbaridades que lo pintan de cuerpo entero.
Después del forzoso silencio durante la semana de la Memoria, la Verdad y la Justicia –durante la cual prefirió un mutismo parecido a la huida– Aragonés “reapareció” en el programa televisivo “Sin Dobleces”, en General Pico.
Allí, a su modo y posiblemente sin que sea su intención, describió algunos de los modus operandi del poder político y de paso aconsejó a los jóvenes que quieran progresar en la vida: según su teoría y experiencia, deben afanarse todo para salir de pobres.

DENTRO DE LA LEY, TODO. “Yo no he cometido ilícitos”, dijo Aragonés pero no explicó –ni en esta oportunidad ni nunca antes– cómo hizo para pasar de pobre a multipropietario. “Yo comencé como canillita y lustrabotas (...) Era de los pobres pobres, pero el destino me dio una posibilidad, como le ha dado a tantos”.
La “posibilidad” de salir de pobre parece haber sido la política. “Yo tuve dos hijos y ambos terminaron la Universidad, pero yo terminé la primaria porque algunas maestras me lo permitieron. Me querían y sabían que necesitaba el certificado de sexto grado para ir a trabajar”, contó.

CAPAZ DE CUALQUIER COSA. Acomodándose a los tiempos vernistas, Aragonés sacó del archivo una anécdota: “Cuando Marín me ofreció un cargo (en el ’83), yo le dije que no quería nada, pero que no se olvidara del ingeniero Verna, porque era un hombre capaz de hacer muchas cosas”. Tiene razón Aragonés: Verna es capaz de hacer cualquier cosa. “Así fue que Verna fue un excelente ministro de Obras Públicas”, completó el chupamedias oficial de los jerarcas pampeanos.
Insistió en esa tesis, al señalar que en 2003, antes de que Marín bendijera a Verna como su sucesor, “yo era el único que decía que el gobernador debía ser Verna. Alguien a quien aprecio mucho, más allá de que para algunos sea mala palabra, como Carlos Grosso, siempre dice que el peronismo está dado por el bolsillo o el pensamiento y el razonamiento” (¡¡¡!!!¿¿¿???).

EN CÓDIGO. Después le dio con un caño a Heriberto Mediza: “uno debe ser agradecido de todo lo que le ha dado la sociedad y no puede hacerse el distraído y hablar de renovación”. O sea: según la lógica Aragonés, en caso de ser un privilegiado –como él– más vale guardar violín en bolsa y no quejarse de nada.
Según Aragonés, además, Mediza no es parte de “La Famiglia” que integran él, Marín y Verna. “Si Marín es candidato, Verna no hace una interna, porque es un hombre que respeta los códigos”, soltó. Por eso interpretó que “Mediza no hizo ningún mérito para cobrar por todos los cargos que le dio Marín”. Como si pagaran Marín, o él...

UNOS PARA TODOS. Pero además, El Padrino describió el modus operandi de las decisiones políticas de la provincia, donde –obviamente– la ciudadanía es convidada de piedra: no le dan participación y, si es necesario, ni siquiera se vota.
Aragonés contó que cuando se definió la candidatura de Verna en el 2003, “en las reuniones, al principio, sólo estábamos Marín y Aragonés”. Es decir: dos personas –y qué dos personas– definiendo el futuro de la provincia. “Después se fueron sumando otros compañeros, pero nunca fuimos más de cuatro o cinco”, completó. Y anunció que esa misma metodología primará en los próximos tiempos, cuando se le preguntó por las futuras candidaturas y resumió: “Nosotros tenemos un lugarcito que se llama Convergencia y allí se definirá”.
Dios nos libre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡¡SIN COMENTARIOS!!!! es muy fuerte esto